La capacitación para aumentar la productividad es un aspecto fundamental que impulsa el éxito empresarial, y algo que no se puede negar es que todas las organizaciones desean ser productivas. Sin embargo, es importante recordar que la productividad no es algo que simplemente se “logra” de una vez y para siempre, sino que debe mantenerse y potenciarse de manera continua.
Un elemento clave para garantizar que se mantenga esa productividad es a través de la capacitación constante de los empleados. Pero, ¿Por qué la capacitación es clave para aumentar la productividad?
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Capacitación continua: La clave del éxito
Una de las ideas más erróneas que circulan en muchas empresas es que la capacitación es solo una inversión inicial y que, una vez que los empleados han sido formados, su rendimiento estará asegurado.
Pero no es así, la realidad es que el proceso de aprendizaje nunca debe detenerse. Las mejores prácticas, herramientas y tecnologías están en constante evolución, por lo que es necesario que los empleados se mantengan actualizados. Como afirma Peter Drucker, “El conocimiento tiene que ser mejorado, desafiado y aumentado constantemente o desaparece.” (Drucker, P. F. (1999). Management challenges for the 21st century)
Además, según el informe The Future of Jobs 2020 del Foro Económico Mundial: “Las empresas más competitivas serán las que recapaciten y mejoren las habilidades de los empleados actuales”. Esto demuestra que invertir en el desarrollo continuo de los empleados no solo asegura su crecimiento, sino también la capacidad de la empresa para mantenerse competitiva en un mercado cambiante.
Por lo tanto, la capacitación debe ser un proceso continuo que permita a los trabajadores seguir perfeccionando sus habilidades y conocimientos, lo que resulta en una mayor eficiencia y productividad en sus tareas diarias.
El ciclo de la capacitación: Diagnóstico, capacitación y evaluación
Un aspecto fundamental para lograr un aumento constante de la productividad es implementar un ciclo de capacitación que se realice de manera periódica. Este ciclo debe comenzar con un diagnóstico preciso de las necesidades de cada equipo o departamento.
“¿Qué habilidades necesitan los empleados para ser más productivos?”, “¿Cuáles son las brechas de conocimiento que deben cerrarse?”. Al responder a estas preguntas, la empresa podrá diseñar programas de capacitación para aumentar la productividad, adaptados a las necesidades específicas de su equipo y alineados con los objetivos estratégicos de la organización.
Una vez realizada la capacitación, es crucial evaluar el desempeño de los empleados. Este paso no solo sirve para medir la efectividad del aprendizaje, sino también para identificar áreas de mejora y ajustar el enfoque. Según los resultados obtenidos en las evaluaciones, la capacitación puede volverse más personalizada y centrada en aspectos particulares que requieran refuerzo.
Este ciclo debe repetirse de manera continua. La capacitación y la evaluación no son procesos aislados; son una estrategia constante que asegura que los empleados siempre tengan las herramientas necesarias para enfrentar nuevos desafíos y mantener altos niveles de productividad.
Auditoría y capacitación: Control y retroalimentación
Para garantizar que los esfuerzos de capacitación para aumentar la productividad estén dando los resultados esperados, es necesario implementar auditorías periódicas. Estas no solo sirven para identificar qué procesos necesitan ajustes, sino también para proporcionar retroalimentación valiosa a los empleados sobre su desempeño. Es aquí donde la capacitación y la auditoría se complementan.
De “tengo altos índices” a “estoy logrando”
Las empresas deberían evitar el error de caer en la complacencia. No basta con decir “tenemos altos índices de productividad”, porque los resultados deben ser el reflejo de un proceso activo y constante.
La mentalidad debe cambiar de simplemente alcanzar metas a adoptar la filosofía de “estoy logrando”. Esto implica que la productividad no es un destino, sino un camino que debe recorrerse continuamente, con ajustes y mejoras constantes.
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Así que, ¿tu empresa está lista para apostar por el aprendizaje constante? Este es el momento de empezar. Recuerda que la productividad no es algo que simplemente suceda, es algo que debe cultivarse y mantenerse con esfuerzo y dedicación.
Referencias:
Drucker, P. F. (1999). Management challenges for the 21st century.